El Pan Bajo la Lupa: ¿Qué Esconden Algunos Ingredientes?
Detrás de esa corteza dorada y miga esponjosa, a veces se esconden ingredientes que van más allá de la simple harina, agua y sal: los mejorantes y aditivos.
4/21/20253 min read


En el mundo de la panadería, el aroma embriagador del pan recién horneado es una invitación irresistible. Sin embargo, detrás de esa corteza dorada y miga esponjosa, a veces se esconden ingredientes que van más allá de la simple harina, agua y sal: los mejorantes y aditivos. Como panadero artesano, mi filosofía siempre ha sido la de trabajar con la nobleza de los ingredientes básicos, respetando los tiempos de fermentación y permitiendo que el pan desarrolle su sabor y textura de forma natural. Pero entiendo que la realidad de muchas panaderías industriales es diferente.
¿Qué son exactamente los mejorantes y aditivos en panadería?
Imagina que quieres acelerar un proceso, potenciar un resultado o alargar la vida útil de un producto. Los mejorantes y aditivos en panadería cumplen funciones similares, pero con matices:
Mejorantes: Son mezclas complejas de diferentes ingredientes que se añaden a la masa para mejorar sus propiedades durante el proceso de panificación. Suelen contener enzimas, emulsionantes, agentes oxidantes o reductores, y a veces grasas o azúcares.
Enzimas (amilasas, proteasas, lipasas): Ayudan a descomponer los almidones en azúcares más simples (favoreciendo la fermentación y el dorado), fortalecen la red de gluten (mejorando la elasticidad y el volumen) o modifican la textura de la miga.
Emulsionantes (DATEM, lecitina): Permiten que ingredientes que normalmente no se mezclan bien (como el agua y la grasa) se integren de forma homogénea, resultando en masas más suaves y panes con una miga más fina y uniforme.
Agentes oxidantes (ácido ascórbico o vitamina C, peróxido de benzoilo): Fortalecen la red de gluten, mejorando la retención de gas y el volumen del pan.
Agentes reductores (cisteína, metabisulfito sódico): Relajan la masa, haciéndola más fácil de trabajar, especialmente en procesos mecanizados.
Aditivos: Son sustancias específicas que se añaden al pan con el objetivo de modificar ciertas características del producto final o prolongar su conservación.
Conservantes (propionato de calcio, ácido sórbico): Inhiben el crecimiento de mohos y bacterias, extendiendo la vida útil del pan.
Antioxidantes (ácido ascórbico, tocoferoles o vitamina E): Previenen la oxidación de las grasas, evitando el enranciamiento.
Colorantes (caramelo, betacaroteno): Se utilizan para intensificar o uniformar el color de la corteza o la miga.
Espesantes y estabilizantes (goma guar, carboximetilcelulosa): Mejoran la textura y la consistencia de la miga.
¿Por qué se recurre a estos "ayudantes" en la panadería industrial?
La respuesta principal radica en la eficiencia y la rentabilidad. Los mejorantes y aditivos permiten:
Acelerar los procesos de producción: Reducen los tiempos de fermentación, permitiendo producir más pan en menos tiempo.
Estandarizar la calidad: Aseguran una consistencia en el volumen, la textura y el aspecto del pan, independientemente de las variaciones en la harina o las condiciones ambientales.
Mejorar la maquinabilidad de las masas: Facilitan el trabajo con maquinaria industrial, evitando problemas durante el amasado, la división y el formado.
Prolongar la vida útil: Permiten que el pan se mantenga fresco durante más tiempo en los lineales de los supermercados, reduciendo las pérdidas.
Reducir costes: En algunos casos, permiten utilizar harinas de menor calidad o compensar errores en el proceso.
¿Pueden ser perjudiciales para nuestra salud estos aditivos y mejorantes?
La mayoría de los aditivos utilizados en panadería están regulados y considerados seguros dentro de los límites establecidos. Sin embargo, existen algunas consideraciones importantes:
Consumo elevado: La exposición constante a múltiples aditivos a través de diversos alimentos procesados podría tener efectos a largo plazo que aún no se comprenden completamente.
Sensibilidades individuales: Algunas personas pueden ser sensibles o alérgicas a ciertos aditivos, experimentando síntomas como dolores de cabeza, problemas digestivos o erupciones cutáneas.
Impacto nutricional: El enfoque en la eficiencia y la estética a veces puede llevar a la producción de panes con un perfil nutricional menos interesante, con menor contenido de fibra, vitaminas y minerales en comparación con un pan elaborado con harinas integrales y procesos más lentos.
Ingredientes ocultos: Los mejorantes son mezclas complejas y no siempre se desglosan completamente en el etiquetado, lo que dificulta que los consumidores sepan exactamente qué están ingiriendo.
Invito a los lectores a ser curiosos, a leer las etiquetas y a valorar el pan artesano, aquel que se elabora con paciencia y dedicación, donde cada hogaza cuenta una historia de tradición y sabor auténtico. Elegir un pan sin aditivos ni mejorantes es una inversión en salud y en el disfrute de un alimento fundamental en nuestra dieta.
El Obrador de María
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